sábado, 11 de junio de 2011

4/5/2011: Dubái, a lo grande

Por fin, la esperada visita a Dubái. Llegar a Dubái desde Qatar es bastante sencillo: con un billete de avión que vale unos 150 € (ida y vuelta) te plantas en la capital del lujo en una hora escasa. Dubái es uno de los siete emiratos que forman parte de los Emiratos Árabes Unidos (UAE) y uno de los más ricos aunque, paradójicamente, sus ingresos no proceden del petróleo, que representa una pequeña parte de ellos, sino del turismo, la construcción y los negocios. El que el turismo sea importante se nota nada más llegar: el visado de entrada en el país es gratis, no como en Qatar, que te cobran 20 €, cada vez que entras. De hecho al volver a Qatar, me cobraron otra vez, los muy... yo diciéndoles "oiga, que ya pagué la otra vez" y ellos "nada, nada, tu paga". Igual también por eso están forrados los tíos. Me alojé en el hotel Holiday Inn por 50 € la noche, que para ser Dubái no está nada mal.



De Qatar a Dubái. En los mapas de abajo, sobre todo el físico, se puede ver algunas de las ostentaciones de esta gente: The Palm es una zona de terreno ganado al mar repleto de hoteles de lujos y restaurantes exóticos. No muy lejos está "The world" (el mundo), un conjunto de islas artificiales. Si pincháis en la foto para ampliarla, veréis porqué las llaman así.

Hoy vamos a ver Dubái "a lo grande", porque si una cosa tiene esta gente es que les gusta hacerlo todo grande, y luego más grande todavía. Yo sigo pensando que aquí deben tener algún complejo con eso del tamaño, si no no se explica. Por ejemplo, tienen el edificio más alto del mundo (el Burj Khalifa, que veremos hoy), el hotel con más estrellas del mundo, 7 nada menos (¿eso existe?), el centro comercial más grande del mundo (Dubai Mall, que también cae hoy), la fuente más grande del mundo (junto al centro comercial), el puerto más grande del mundo... ¿a que mosquea?

Comenzamos la visita por lo más obvio: el Dubai Mall y el Burj Khalifa, respectivamente el centro comercial y el edificio más grandes del mundo. Y digo obvio porque el Burj Khalifa se puede ver prácticamente desde cualquier punto de la ciudad. Desde el aeropuerto tomé un taxi (junto con el futurístico metro que recorre la ciudad de norte a sur, es el mejor medio de transporte) que me dejó en la entrada del centro comercial. Es quizá el destino más fácil de pedir porque sólo hay que decirle al taxista "siga a ese edificio" y llegas enseguida. Antes de llegar, hice una parada en un parque que se llama Dubai Creek, pero no me entusiasmó demasiado. Es bonito, pero es un parque, de esos ya he visto muchos.

Una vez en el Dubai Mall, lo primero que hice fue obtener mi billete de entrada al Burj Khalifa, que había reservado días antes por internet (http://www.burjkhalifa.ae/observation-deck/ticket-information.aspx). Es muy recomendable hacer esto así porque te puedes encontrar que llegas al edificio y no puedes entrar porque las entradas están todas vendidas. La entrada cuesta unos 20 €. Una vez con la entradita en mi poder, ¡a ver el centro comercial! Es curioso visitar un centro comercial pero en este caso sí merece la pena, es espectacular. ¡El paraíso de las chicas!



Llegada al aeropuerto de Dubái. A lo lejos, a través de la neblina ya se distingue la espigada figura del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo.



El Burj Khalifa, pedazo de bicho.



Para que os hagáis una idea de lo grande que es, atención al vídeo. La escultura del caballo gordo es de Botero, toma ya.



Una parejita en el centro comercial. Van de blanco así que son tíos, cuidadín. Quizá sea una especie de pareja de la benemérita



Una de las cosas curiosas que se pueden ver dentro del centro comercial son estos saltadores cayendo al vacío (bueno, en realidad están quietos, pero el agua sí que cae). Es muy chulo.



"Milana bonita".



Como no, una pista de hielo enorme (¿"la más grande del mundo"? no me extrañaría) en medio del centro comercial.



Algunas tenían estilillo.



Algunas vistas del Dubai Mall, puedes pasarte dos días visitándolo y descubrir cosas nuevas. Por supuesto, las tiendas más lujosas están por aquí.



Por ejemplo, en medio del centro comercial hay un aquarium y, cómo no, ¡tiene el cristal acrílico más grande el mundo! Tiene 32,88 x 8,3 metros.



El aquarium tiene varios precios, el básico es por pasar a través del túnel de cristal. Pero puedes incluso bucear entre los tiburones, darles de comer (no se permite echarles niños a los tiburones)...



Manual del inútil para ligar. Se me presenta esta chica, Agneska, de Polonia, una belleza, y me dice si le puedo hacer una foto. Yo, claro, por supuesto. Luego que si le puedo hacer más, posé aquí, pose allá, chas, chas. Y yo, que tenía una hora libre hasta subir al edificio no se me ocurre otra cosa que pedirle hacernos una foto juntos y decirle "bueno, hasta luego". Ay, madre, qué desentrenado estoy.



A ver, ¿quién es el hombre y la mujer aquí? Premio para el que lo adivine.

Bueno, y por fin llegó la hora de subir a ese pedazo de rascacielos, que casi deberían llamarlo rascaestrellas, que es el Burj Khalifa. Todo está muy bien montado, con tu entradita, tu guía... es como un parque de atracciones. Te explican un poco el proceso de construcción, la inspiración del proyecto (por lo visto, la planta del edificio está basada en una flor del desierto llamada Hymenocallis). El ascensor, cómo no, es el más rápido del mundo (empiezan a ser cansinos con esto, ¿verdad?) y al llegar arriba todo lo que ves hacia abajo queda tan pequeño que parece que estás viendo una maqueta, en vez de la realidad. Desde luego, es una visita que merece la pena.



Algunos datos sobre el edificio: más de 200 plantas, el edificio se puede ver a una distancia de 95 Km, 12000 trabajadores colaboraron en su construcción, 57 ascensores, 500000 toneladas de material, soporta vientos de 198 Km/h en la punta, tiene 28601 paneles de cristal. Y por supuesto, la altura: 828 metros, casi un kilómetro ahí to parriba.



Como cosa curiosa, aquí se ha rodado la última peli de "Misión Imposible".



En este vídeo se ve la velocidad a la que viajaba el ascensor. Es todo en tiempo real, ni trampa ni cartón. Se te taponaban los oídos y todo por la diferencia de presión.



Por fin llegamos arriba.



Y eso que si miras hacia arriba, todavía quedan setenta y pico plantas por subir. Te dejan subir "sólo" hasta este piso.



Esta chica me recordó al cuadro de Dalí de la Chica en la ventana.



Para que nadie piense que truco las fotos, la prueba de que yo SÍ estuve en Dubái.



"¿Estarán mis petrodólares a salvo allá abajo?"



No me digas que esto no parece una maqueta. Pues es la vista desde el edificio. La zona azul de la parte de abajo son las Dubai Fountains, que tienen un espectáculo de luz y agua precioso.



¡Los coches parecen de juguete!



Una ciudad en miniatura. Lo gracioso es que cualquiera de esos edificios ya es de por sí increíblemente alto. Y desde aquí parecen una mierdecilla.



Aquí apenas se ve pero allí al fondo se intuyen las islas artificiales que llaman "The World" (el mundo), con la forma de los continentes. Claro sólo se ve desde satélite. Qué estravagantes que son estos tíos.



Estos son telescopios digitales, que te daban información sobre los sitios que mirabas.



Otra vista del edificio, después de bajar, ya atardeciendo, siempre impresionante.



Como cosa curiosa, me pedí una pizza y me dieron este cacharro que te avisaba con una vibración de cuando tu pizza estaba lista. Así te podías dar una vuelta por allí. De verdad que comía también otras cosas, lo prometo.

Como última atracción del día merece la pena ver el espectáculo de luz y fuentes que hacen en las Dubai Fountains (fuentes de Dubái). Dura unos cinco minutos y lo hacen cada día a partir de las 18.00 y cada media hora. El momento más chulo de verlo es de noche o cuando está atardeciendo, porque ponen las luces y es muy bonito. Es un espectáculo en el que el agua de la fuente parece bailar al son de la música, que en este caso era la de "Con ti, partiré", de Andrea Bocelli. Es una experiencia muy bonita y romántica (sobre todo si vas con alguien) y además, ¡gratis!



Esperando a que empiece el espectáculo.



Varios momentos del show.



Este vídeo de las fuentes no es mío, pero lo pongo porque merece la pena ver las fuentes bailando en movimiento.



Estas puertas parecen de película, perteneces a uno de los complejos alrededor del centro comercial.



Todo es lujo, hasta cuando coges el taxi para volver al hotel.

Y eso todo por ahí. Si hoy hemos visto "Dubái a lo grande", lo siguiente es "Dubái a todo lujo".

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