viernes, 19 de marzo de 2010

London: vídeo resumen del viaje

Como colofón del viaje al Reino Unido os dejo aquí este vídeo resumen que he ido grabando en todos los sitios en los que he estado, espero que os guste :-)

jueves, 18 de marzo de 2010

London: gente maravillosa

El viaje a Inglaterra toca a su fin, y es momento de sacar conclusiones. Lo primero de todo es hacer una mención especial a la gente que me he ido encontrando en Inglaterra, tanto en Bristol como en Newport y Londres. Todo gente estupenda con ganas de viajar, conocer gente, cambiar de vida, hacer cosas... He aquí un pequeño homenaje a ellos y ellas:



La gente que conocí en el hostal de Bristol: Diego, Silvia y sus amigos árabe y japonesa. Por cierto, que les pasé mi email y no se supo más de ellos.



Por supuesto, Matt, mi profe de NukeX en Newport.



Juan Pablo Sarmiento, nuestro simpatiquísimo guía en Londres y futuro director de cine.



Con Yone, un amigo del mundo de los cortos, y Haru.



Yone y yo en la puerta the "The Moving Picture Company", una de las empresas de efectos más importantes del mundo.



Con Carla viendo "Alicia en el país de las maravillas" en 3D (de ahí las gafas). Carla me invitó a dar una charla a las chicas de 14 años de su colegio para hablar de la profesión de los efectos visuales.



Con Patri y Eli, dos chicas estupendas y aventureras que conocí en el hostal de Londres.



La Patri zampándose un delicioso "fish and chips".



Yo y Eli preparando un vídeo... atención al próximo post.



Dave Mwaniki, cantando canciones de amor en Covent Garden.



Con los amigos de FXPHD, en la masterclass de Londres.



Yone, Nick y yo en la masterclass.



La encantadora Rachel, también en la masterclass de Londres. Ella siempre dice que soy muy "Spanish", sólo porque le suelto piropos, jeje.



Los "Ángeles de Charlie" alemanas con quien compartí habitación en el hostal de Londres. De izquierda a derecha: Franziska, Dominika y Jenny.

martes, 16 de marzo de 2010

11/03/2010: London Eye, Tower Bridge, Camden Market y Covent Garden

Amanece nublado en London City. El tiempo pronostica lluvia así que me armo de mi capucha impermeable antes de que caiga una buena. Al final el día ha aguantado bien, con muchas nubes y chispeando pero lo suficientemente bien para recorrer el resto de sitios chulos que, a priori, tiene Londres y que seguro tendrá muchos más.

Me dirijo al London Eye, un pedazo de noria que ríete de la de las ferias. Sigo pensando que estas culturas que siempre construyen cosas enormes, ocultan en realidad algún complejo. De camino hacia el London Eye, que está al ladito del Big Ben, pasé por el barrio chino.



El barrio chino, con casi tantos chinos como el barrio de mi casa en Valencia.

La entrada al London Eye cuesta entre 16 y 17 libras e incluye una presentación "en 4D", según anuncia la publicidad. La cuarta dimensión debe ser el tiempo, así que yo me he pasado la vida viendo pelis normales en el cine y resulta que son 3D (horizontal, vertical y el tiempo), vaya morro. Pero la presentación es chula. Después te llevan al London Eye propiamente, que tarda en dar una vuelta completa en media hora y no se detiene para cargar o descargar gente, así que hay que subir sin prisa pero sin pausa. Las cabinas son como esferas de cristal y dejan ver "Londontontero". Eso sí, no hay que ser demasiado claustrofóbico porque una vez entras no sales hasta que das la vuelta entera. No vale decir "yo me bajo en la siguiente".



El London Eye visto desde la base.



Las cápsulas del tiempo del London Eye.



Se ve Londontontero de maravilla.



Ahí estoy yo en el London Eye.



Llegada a la cima... qué miedooo.

Después del London Eye, volví a coger el metro (por cierto, algunas estaciones son bastante antiguas pero tienen un encanto curioso) para dirigirme a Tower Bridge, o el puente de la torre (de nuevo, aquí la gente no se come la cabeza con los nombres), otro de los sitios más famosos de la ciudad, con un ingenioso sistema de apertura para los barcos. Antes de llegar está la Torre de Londres, donde ajusticiaban a los malechores del imperio. Obviamente por todas estas cosas te cobran una pasta gansa, así que como no tenía mucho tiempo, lo vi por fuera, que es bien bonito. A unas pocas paradas de metro está la catedral de St. Paul, que tiene forma de basílica. Entré un poquito, vi que había que pagar y que desde allí no parecía demasiado espectacular y me fui.



London underground (el metro).



La Torre de Londres, con su oscura y siniestra historia pasada.



El Tower Bridge, impresionante.



Otra vista del puente. Por aquí cerca se rodó "Match Point", de Woody Allen.



La Catedral de St. Paul. Creo que ya dije en otra ocasión que aquí St. Paul es el santo más popular, todo el mundo tiene iglesias suyas.



El reloj de la catedral y la entrada... de pago.

Siguiente parada: Camden Market (el mercado de Camden), un mercado al estilo de Portobello Road pero más orientado a ropa y cosas curiosas. Hay muchísimo ambiente, la gente vende y compra de todo y a veces puedes encontrar una buena ganga. Los escaparates de algunas tiendas son espectaculares y las pintas de la gente... curiosa, curiosa, por no decir rara, rara.



El mercado de Camden, como su propio nombre indica. A vendeeer.



Algunas tiendas se curran mucho los escaparates o las fachadas.



Colores, dragones, escorpiones... una jungla en la ciudad.



Este sitio le encantaría a mi hermano, las sillas para sentarse son culos de Vespa.

Y para terminar, por la noche iba a salir con gente del hostal, que hay una ruta de pubs, pero al final no me apeteció y acabé paseando por la zona de Covent Garden, un sitio donde hay restaurantes, salas de arte, exposiciones... Y por la noche, música en directo de artistas desconocidos. Esa noche tuve una de esas sensaciones de "qué bello es vivir": una noche no muy fresca, luces de farola, el suelo mojado de una lluvia reciente, el sonido de una guitarra y alguien cantando canciones de amor... increíble. En el medio de Covent Garden estaba Dave Mwaniki, un cantante de voz suave y cálida, cantando canciones de siempre superbonitas. La gente se sentaba alrededor, escuchaba y le echaba unas moneditas. Fue una sensación maravillosa. Si queréis oir algunas de sus canciones podéis hacerlo en:

http://www.youtube.com/user/CoventGardenSinger



Canciones de amor en Covent Garden.



Y para terminar, una cervecica, ole, ole (casi 4 libras que me soplaron los desgraciados).

Mañana, un recorrido por las gentes estupendas que me encontré en Inglaterra.

miércoles, 10 de marzo de 2010

10/03/2010: Londón Clásico, Big Ben, Buckingham Palace y compañía

Hoy toca excursión por el viejo London. En el hostal en el que me alojaba organizaban excursiones por Londres. Una de ellas era, curiosamente, gratuita aunque luego descubrí que lo que quiere decir es que debes dejar una propina al guía, pero puedes poner lo que quieras. En mi caso, sin embargo, el guía (Juan Pablo, un chico chileno que quería ser director de cine), se lo curró e hizo una presentación muy entretenida, así que bien se mereció la propinilla.

La excursión duraba 2 horas y media a patita por los sitios más clásicos de Londres y comenzaba en la esquina sudeste de Hyde Park. Como veréis, London es muy monumental y tiene muchas cosas que ver, para lo cual hay tours de todo tipo, incluido el de los crímenes de Jack el destripador... seguro que lo llenan.



El Arco de Wellington, al comienzo de la excursión, conmemorando la victoria del susodicho sobre Napoleón en la famosa batalla de Waterloo (sí, también es una canción de Abba).

Muy cerca del Arco de Wellington está el Palacio de Buckingham, donde Dartacán se veía con Juliette. Es la residencia oficial de la Reina aunque no pasa mucho por allá (y eso que sabía que yo iba para allá, que desconsiderada). ¿Sabéis como se sabe si la Reina está o no en el Palacio o en cualquier sitio oficial? Pues porque en vez de la bandera británica, ponen un pedazo de banderón de Inglaterra (blanca con cruz roja en medio). Lo mismo si está el Principe Charles o sus hijos. Creo que si está la Camilla no ponen nada. Aquí es cuando hacen el famoso cambio de guardia, aunque sólo uno de cada dos días y a una cierta hora. Por lo visto, lo del cambio de guardia fue una tontería que se le ocurrió a la Reina Isabel I, junto con un pedazo de fiesta que montó, para mejorar la popularidad de la monarquía entre el pueblo, que estaba bastante chunga la cosa.



El Palacio de Buckingham. Como sólo está la bandera británica, entonces la Reina NO está dentro. Es siempre bueno saberlo.

Curiosamente, en el Palacio de Buckingham, tan seguro que parece, llegaron a haber tres ocasiones en el que se burló su seguridad, cosa que nuestro guía explicó con mucha gracia. La primera, en 1800 y pico, un chaval se colaba por las chimeneas para conseguir algo de comer, eran tiempos difíciles. La segunda, en los 80, un grupo de campistas alemanes no encontraban el Green Park, muy cerca del palacio, donde supuestamente podían acampar. Al final vieron unos árboles detrás del muro y pensaron "Oh, ahí debe estar el parque", así que escalaron el muro y acamparon en los jardines de Buckingham Palace sin que nadie se diera cuenta. Al día siguiente les pillaron porque un campista le preguntó a un soldado si había algún sitio cerca donde comprar helados (parece mentira, pero parece que fue así). Finalmente, en 1982, un tipo borracho, alegando que su padre estaba en el palacio, cogió un ladrillo y rompió una ventana. Dentro encontró una botella de licor y se la bebió mientras exploraba el palacio a sus anchas. Finalmente llegó a una habitación con una cama lujosa, donde parece ser que estaba durmiendo... ¡la mismísima Reina!. Parece que la Reina, toda tranquila, le dio conversación al borracho hasta que llegó la policía. Curiosamente, sólo pudieron acusar al borracho de haber robado la botella de licor ya que por entonces, el palacio era de propiedad pública así que cualquier persona podía hacer cualquier cosa con él... ahora ya no se puede, así que no lo intentéis.

Al lado de la casa de la madre... pues claro, está la residencia del hijo, el principe Charles (banderas normales, así que tampoco está). En frente de la casa hay siempre dos soldados de guardia que hacen unos pasos militares muy graciosos cada poco tiempo. Un tipo simpático el Charles.



La guardia personal del príncipe Charles, a la sombra de su madre.

Y curiosamente, al lado de la casa del Príncipe Charles, está el palacio de St. James, que es donde Lady Di se fue a vivir después de separarse. Anda que separarte de tu marido e irte a vivir a la casa de al lado tiene su cosa, no sé de quién sería la idea.



El palacio de St. James... da miedo.



En la puerta del palacio tienen garitas para hacerse fotos haciendo el majadero.

De la zona de los palacios nos dirigimos a Trafalgar Square. Por el camino nos explicaron que algunas de las casas de la zona eran las sedes de algunos de los famosos "clubs de caballeros". Uno de ellos era al que siempre iba el "Prime Minister" o primer ministro, cuando era elegido. Hete tú aquí que llega Margaret Thatcher, supuestamente una mujer, y se convierte en Primer Ministro. En el club la duda era obvia. Ella tiene el cargo pero aquí sólo admitimos a hombres, ¿qué hacemos? El problema se solucionó con la entrega a Margaret Thatcher de un documento en el que decía algo así como que en adelante, Margaret Thatcher sería tratada en el club como si fuera un hombre. Arreglado. Muchos pensaron que era algo obvio para lo que no hacía falta documento, pero en fin. La conclusión de esto es que si alguna mujer quiere hacerse un cambio de sexo, mejor que una complicada operación, es más fácil ser Primer Ministro en Inglaterra, te lo dan firmado y todo.



El club donde convirtieron a Margaret Thatcher en hombre.

En Trafalgar Square está la famosa Galería Británica (por cierto, en Inglaterra todos los museos son gratis siempre, buen ejemplo a seguir) y la famosa Columna de Nelson, una estatua del Almirante Nelson, vencedor de la batalla de Trafalgar (aquí tienen a Napoleón, que no le acaban de dar una y ya le viene otra), situada en lo alto de una columna altísima. Cuando fuimos había unas manifestaciones por la igualdad de la mujer. Es curioso que en Londres hay bastantes manifestaciones. El día anterior había otra por la crisis económica. A ver si aprendemos los españoles que no nos quejamos de nada.



La famosa British Gallery.



La columna de Nelson. Al fonde se ve el famoso "London Eye", una noria enorme desde donde se ve toda la ciudad.



Los policías o "Bobbys" (ya, tienen nombre de perro pero no se lo digas), controlando a los manifestantes.

Cerca de la Trafalgar Square se encuentra el famoso Piccadilly Circus, que precede a toda la zona de tiendas lujosas y chulas de la ciudad. Así que chicas, ya sabéis, buscad al angelito de Piccadilly que a partir de ahí todo es "shopping". Aquí están los famosos carteles luminosos, como el "Scheweppes" de Madrid pero a lo bestia. Eso sí, se ven mucho mejor de noche.



Eros, en el centro de la fuente de Piccadilly Circus, y emblema de la ciudad.



La fuente con los famosos carteles publicitarios. El anuncio de Coca Cola lleva ahí años y años.

Poco a poco nos vamos acercando al famoso Big Ben, pero antes llegamos a los cuarteles de la caballería, donde en cada aniversario de la Reina (el de su coronación, no el de su cumpleaños) hacen un espectáculo con los caballos y los soldados. Para la gente que lo ve debe estar muy bien pero para la Reina debe ser un poco pesado: hacen exactamente el mismo numerito todos los años. Los ingleses son unos tipos de costumbres.



Los cuarteles de la caballería (al ataquerrr).

Un poco más allá se encuentra la impresionante Abadía de Westminster, de estilo Gótico y que data del siglo XI. Aquí es donde se coronan a los reyes en Inglaterra. Por cierto, que si quieres visitar cualquier edificio religioso de Inglaterra, ya sabes lo que te toca: rascarte el bolsillo. Aquí pueden aprender los ingleses de nosotros. La Abadía fue contruida por Eduardo "el Confesor". La guasa del nombre viene porque el tal Eduardo le pidió al Papa su apoyo para coronarse rey, a cambio de ir en persona al Vaticano a confesarse con él. La cosa es que Eduardo pensó que si iba un par de meses al Vaticano, se le revolucionaría el país así que al final le dijo al Papa: "que mira que no voy, pero te voy a construir una iglesia que lo vas a flipar" (no con estas palabras, claro). Y así fue. La verdad es que es una iglesia que parece una catedral y recuerda un poco a la de Notre Dame de París, por las torres cortadas en el frontal (es que hubo mucha influencia francesa, pasando los siglos).



La Abadía de Westminster, o donde el jorobado de Notre Dame pasa los veranos.

Y finalmente, el famoso Big Ben. Curiosamente, lo que se conoce como "Big Ben" es la campana que suena, no la torre, y debe su nombre al constructor que se llamaba Ben y que estaba bastante gordo así que la gente hacía bromas de "Big Bell (campana), Big Ben", y así se quedó. La torre en realidad es la de San Esteban y fue construida con el siglo XIX como parte de un proyecto de reconstrucción (que fue por concurso) del Palacio de Westminster, destruido por un incendio por esas fechas. Se construyó imitando al gótico victoriano de ese palacio, para que no desentonara. Qué voy a contar del Big Ben, si vienes a Londres, tienes que hacer la foto.



El famoso Big Ben con las famosas cabinas de teléfonos.



Otra vista del Big Ben.

Y, finalmente, las Casas del Parlamento, o Palacio de Westminster, que es donde se reúne el parlamento. Es un edificio impresionante y enorme, y cuando le da el sol, los cristales brillan como centellas, que diría mi abuelo. Curiosamente, si habéis visto la película de "Sherlock Holmes", la moderna, sale bastante este edificio. En la película se habla de un atentado que se iba a hacer en las Casas del Parlamento. Pues me da que está basado en hechos reales, porque en 1605 se planeó un atentado en el que iban a hacer explotar unos barriles de pólvora justo debajo del parlamento. No coinciden las fechas ni los métodos pero yo creo que por ahí iban los tiros.



El Palacio de Westmister o Casas del Parlamento. Aquí trabajaban la Thatcher o el Tony Blair.

Y eso es todo por hoy, una larga e interesantísima excursión por el Londres clásico, mañana más.


martes, 9 de marzo de 2010

09/03/2010: London, Hyde Park y Portobello Road

Podríamos decir que, por un lado, tenemos a Londres, y por otro al Reino Unido. Mientras que, en general, y con muchas excepciones, las ciudades inglesas tienden a ser bastante parecidas y más bien feúchas, Londres tiene encanto. Se nota que es una ciudad señorial, con estilo... y con dinero. Sin ir más lejos, si el coche medio en Newport es un Renault Clio, en London es un BMW... o un Bentley, o Mercedes... Al menos en el centro de la ciudad, lo que llaman "The City", se nota la abundancia de libras esterlinas. Y las casas son señoriales, soberbias, grandes, cuidadas... y los pubs tienen un aire antiguo de principios de siglo que les dan mucho encanto. La verdad es que, a mi pesar, se nota bastante el poderío del imperio británico, algo que los españoles olvidamos hace mucho tiempo y deberíamos recuperar. Por supuesto, la bandera británica ondea con orgullo en todos los edificios oficiales y en muchos otros. Aquí la gente está orgullosa de ser inglesa.



Uno de los muchos y estupendos coches que circulan por Londres.



Los pubs son como antiguas fondas, al estilo de "El Señor de los Granillos".



Otro pub, tan espectacular como el anterior.



Algunas casas son impresionantes, casi palacios.

Gastronómicamente, como ya no me invitaban, la calidad ha bajado un poquito, aunque por fin pude tomar el plato típico por excelencia, las famosas "Fish & chips" (pescado y patatas). Tampoco se han comido mucho la cabeza para el nombre, es como si decimos que el plato típico de España son los huevos con patatas... que no están nada mal, por cierto.



Por fin, "Fish & chips", pero esta vez con pescado, no como en Newport, jeje, estaba buenísimo.

El autobús que salía de Newport dejaba en la estación londinense de Victoria Station. Desde ahí, y tras ver en un mapa que el hostal está justo al otro lado del Hyde Park, junto a la estación Victoria, decidí ir caminando hasta el hostal. Lo que no recordaba era lo inmenso que era Londres y lo que parece un parque más o menos normal, resulta que tiene 4 kilómetros, que con las maletas a cuestas no fue la experiencia más estupenda de mi vida... Pero mereció la pena, ya que pude ver desde dentro ese famoso parque, y la verdad es que lo tienen cuidadico, cuidadico. Lo único la seguridad... en las fotos de abajo veréis a unos pequeños asaltantes que tuve que esquivar.



El famoso Hyde Park de Londres, un sitio muy tranquilo para pasear.



Una estatua a Peter Pan, tocando el clarinete.



El parque está repleto de ardillitas muy monas que no le tienen miedo a los humanos.



Algunas, incluso, están organizadas. Ésta era la cabecilla de un grupo de tres ardillas que me rodeaba, me miraba, se ponía sobre las patas traseras como diciendo: "Oye, ¿tienes hora? ¿ah no? ¿y un par de nueces no tendrás tampoco, eh? No me hagas registrarte". Estos bichos tienen la chulería metida en el cuerpo.

El hostal estaba en una zona preciosa de Londres, junto al Hyde Park, en una zona muy céntrica. Si tengo tiempo, hablaré más adelante del hostal que es muy baratito pero no me extraña que lo sea... eso sí, sigue siendo una forma muy barata de viajar por Europa.



La calle de mi hostal, el "Smart Hyde Park Inn". Muy señorial todo.



Típica estampa londinense, muy cerca del hostal.

El primer día fui al mercado de Portobello Road, un sitio con mucho encanto, muy cerca del hostal. Lo cierto es que me lo encontré de casualidad, porque yo iba a Notting Hill, a ver si veía algo de la peli de Hugh Grant y Julia Roberts (que, por cierto, no hay nada más que una estación de metro tirando a andrajosa, yo que me esperaba librerías y puertas de color azul), cuando de repente me encontré de lleno en una calle en la que vendían de todo, desde comida hasta antigüedades, curiosidades, ropa, cosas modernas... El mercado se extiende a lo largo de una calle larguísima que se divide en secciones, según lo que se vende, y está siempre abierto. Un sitio para ver. Mi padre en estos sitios se vuelve loco, ya no le hace falta ver nada más.



El mágico mercado de Portobello Road, y no es porque te echen unos polvos y desaparezcas.



Las típicas casitas de colores del mercado y la zona de Notting Hill.



¡El casco del "Hispano"! ¡Me lo pido!

Y eso fue todo lo que vi ese día. Como curiosidad, el martes tuve una charla en un colegio de niñas para orientarles profesionalmente (hacen charlas de esas en las que viene el bombero, el panadero, el portero, el porompompero... y les hablan de sus trabajos). Yo les hablé de efectos visuales y, por lo que me contaron luego, se ve que a las chicas les gustó mucho... quizá le digan eso a todos, pero vamos, que yo me lo creo, yo creo que me quedó muy chula.



El colegio de Grey Coat Hospital, donde di la charla.

Y para finalizar, y como Londres es una de las capitales del teatro y, especialmente, del musical, eché un ojo a ver qué había en cartel y vi que ponían "Billy Elliot". Como ya vi la película y me encantó, eso haría más fácil el entenderla. La obra es preciosa, divertida a veces, emotiva otras, y los niños bailan de una forma increíble y son números muy largos, fue increíble.



"¡Corre Forrest, corre!"... ah no, que eso es de otra peli... "¡Baila, Billy, baila!"

El próximo día: visita al Londres clásico.