domingo, 16 de febrero de 2014

Singapur, la joya asiática

Por fin , ¡la tan esperada primera entrega de las aventuras del Chato en Singapur! Una cosa está clara... esto está lleno de chinos... literalmente. El 75% de la población es de origen chino y, el resto, repartido entre paises de alrededor como Filipinas, Malasia, Indonesia (que suelen hacer los trabajos de menos nivel, ya hablaremos de esto porque tiene miga) y luego lo que aquí llaman los "expats", que parece como un cuerpo de policía o algo así pero no, son los "expatriados", es decir empleados extranjeros en empresas extranjeras establecidas aquí. Hay unos cuantos de esos (entre ellos yo). Bueno, el tema de que haya mayoría china es una gran ventaja porque entonces yo puedo mimetizarme con la población, pasar inadvertido, ser una sombra. La verdad es que me delata la altura y que no hablo ni papa del idioma pero bueno, seguro que no se dan cuenta.

Bueno, dejémonos de historias y pasemos a las foticos. Hoy vamos a ver lo que es el Singapur central, que es bastante turístico. Hoy nada de filosofía oriental, enfrentamiento oriente-occidente, ni nada de eso. Nos ponemos el modo nipón y a hacer fotos. La ruta que haremos aparece en el mapa. Por cierto, recordad que podéis pulsar en las foticos para verlas más grandes.

 La ruta de hoy: Fountain of Wealth, Singapore Flyer, Marina Bay Hotel,
Gardens by the Bay, Clark Quay y Fort Canning Park.

Aquí el metro se llama MRT, que quiere decir "Mass Rapid Transport" o "Transporte Rápido de Masas", lo que nos da idea de los términos románticos de los singapurenses hacia la gente. Aquí no somos personas, somos masas. Bajando en la estación de Promenade, estás a un paso del Suntec City Mall, y allí mismo tenemos a la Fountain of Wealth, o Fuente de la Riqueza. Esta fuente aparece en el libro record de los Guiness como la más alta del mundo, aunque vista desde abajo no parece tan grande. En el centro hay una fuente más pequeña. Se supone que si das tres vueltas a la fuente en el sentido de las agujas del reloj y tocando el agua todo el tiempo, las riquezas llamarán a tu puerta en masa, como el MRT.

 
Hay que dar las vueltas a la fuentecica esa de abajo. Yo di 6 vueltas, por si acaso.

A un paseíto encontramos el Singapore Flyer, una noria gigante desde la que se ve toda la ciudad. Sospechosamente parecida al London Eye de Londres, esta es más alta (165 m frente a los 135 m del equivalente británico). Aquí, al menos, si se copian las cosas, se hacen más grandes. Subir cuesta unos $30 (algo más de la mitad en euros). Justo al lado de la noria grandota (o Singapore Flyer) pasa el famoso circuito urbano de Marina Bay. Aquí es donde Alonso, algún día, cuando tenga un buen coche, hará las delicias del público.

 
Antes de llegar al Singapore Flyer, hay sitios curiosos como esta fuente-muro. Hay muchas cosas como ésta en Singapur.

Típicas vistas de Singapur, edificios altos de apartamentos con un montón de verde.

El Singapore Eye, digooo Flyer. La noria de Singapur, vaya.

Al lado del Singapore Flyer hay un teatro griego, o eso es lo que pone 
el cartel. De griego tiene poco, la verdad.

Justo al lado del Singapore Flyer está el famoso circuito urbano de Marina Bay.

S...I...N...G...A...P...O...R...E... sin duda, estoy en Singapore.

Esto lo que yo entiendo por nombre redundante.

 Hmmm, wáters móviles, esto debe ser que el Papa está a punto de hacer una visita a Singapur.

Cruzando el puente que hay al lado del Singapore Flyer llegamos al espectacular Mariba Bay Sands, un hotel a todo lujo con forma de nave espacial. Sus tres torres soportan una plataforma que contiene la famosa "Infinity Pool". Alojarse en este bicho cuesta de 250 € para arriba. También puedes visitar la plataforma superior pagando $23, aunque solo puedes mirar, nada de bañarte en la piscina, que es una pasada y es lo que mola. Para eso hay que ser un huésped del hotel. Cerca del Marina Bay Sands hay varios centros comerciales de lujo. Otra cosa no, pero centros comerciales hay para parar un tren. A veces puedes ir pasando de uno a otro, al fresquito del aire acondicionado y puedes recorrer un buen trecho de la ciudad, sobre todo en el centro.

Hay dos puentes para cruzar al hotel, uno de coches y otro de paisanos (masas), en plan futurista.

Aquí están celebrando el año chino así que tienen todo tipo de cosas parecidas a las Fallas pero en plan cutre. Por aquí iban a hacer un pasacalles.

El espectacular hotel Marina Bay Sands, a la izquierda. 
El edificio en forma de flor es el museo de arte y ciencia.

El hotel parece la nave Enterprise de Star Trek.

Bienvenidos... al futuro.

La increíble Infinity Pool. Tengo que encontrar la manera de colarme aquí. Plan A: disfrazarme de botones. Plan B: ligarme a una millonaria. Plan C: el truco del ciego.

El interior tiene un diseño a todo lujo.

Simplemente espectacular, la envidia de los arquitectos.

 
Estas placas se mueven con el viento y hacen un efecto de aguas superchulo. La gracia es que cuando vine al hotel estaban limpiándolas... un tipo colgado del andamio limpiándolas una a una. Ahora plantéate esto: ¿en serio crees que tu trabajo es una mierda?

 Esta es la vista del Marina Bay Sands desde dentro del centro comercial que hay justo enfrente.

Centro comercial que, por supuesto, es la pera limonera, al estilo de los de Qatar y Dubai.


 
 En la entrada del centro comercial había unas chicas tocando música oriental, como es el nuevo año chino. Por cierto, este año toca el caballo, enhorabuena a todos los agraciados.


O soleeee, miooooo. Góndolas en Singapur, lo que hay que ver.

A la salida del centro comercial hay una espectacular vista del skyline de la ciudad.

Justo al lado del Marina Bay Sands están los Gardens by the Bay (Jardines junto a la Bahía), una serie de jardines de diferentes partes del mundo muy cuidaditos. Tienes jardines chinos, hindús... no llegué a ver el jardín valenciano pero seguro que estaba. Hay dos edificios (que parecen de Calatrava, pero sin desconchones) que albergan dos museos botánicos. No he estado dentro pero me han contado que dentro está espectacular, con montañas artificiales, pasadizos, cascadas... ideal para los chavales. Cuestan unos $23. La zona de fuera, sin embargo, es gratis, y es bastante chulo de visitar. Tienen una especie de bosque de árboles artificiales que recuerdan a los del Bosque de Endor de "El retorno del Jedi". Merece la pena visitarlo.

Los dos edificios botánicos, vistos desde el Singapore Flyer, al otro lado de la bahía.


Bienvenidos al bosque de Endor.


Un par de Ewoks andando a casa del vecino.


Vaya mezcla de paisajes rara... y superchula.

Seguimos marcha, marcha. Cerca de Marina Bay está Clark Quay, uno de los sitios de marcha de la ciudad, tirando a pijo. Así que cervezas a precio de oro, restaurantes caros, aunque eso sí, hay sitios con las benditas hamburguesas occidentales. Ya hablaremos de esto, pero esto de comer arroz y fideos todos los días te hace sentir nostalgia hasta de los Big Mac. En esta zona es donde está también el Ministry of Manpower (o como yo le llamo, el Ministry of Superpowers), que es donde tienes que venir para que te den la tarjeta de trabajo. Esta zona está junto al rio y está plagado de sitios de marcha y restaurantes.

Vista del Marina Bay Sands desde el río, en la zona de Clark Quay.

Una vista del centro de la ciudad desde Clark Quay. Se puede ver la mezcla de edificios modernos y antiguos... de estilo antiguo claro, porque aquí es todo nuevo. Llama la atención que no parece oriental en absoluto.
 
Vista desde el puente que cruza el río. Se nota que me ha gustado el hotel ese, ¿eh?
 
En esta zona hay edificios muy coloridos y divertidos, como éste.

Muy cerca de Clark Quay está el Parque de Fort Canning, un parque en una especie de colina, que sirvió como centro de defensa de la zona de Singapur durante la Segunda Guerra Mundial. Es un parque muy frondoso, ideal para pasear, aunque hay que subir bastantes escaleras. En el centro está el edificio principal que sorprende un poco porque está más bien abandonado. Esto en Europa sería un pequeño museo con sus cosillas y demás. Quizá es que estaban reformándolo.
 
La decoración tiene elementos antiguos muy chulos.
 
El increíble árbol peludo.
 
Las vistas desde la entrada al edificio principal. Un césped muy cuidadito.
 
¡Y hasta te puedes casar y todo!
 
Bueno, y esto es todo por ahora, que si sigo contando cosas me voy a quedar sin nada para el siguiente capítulo. En el siguiente episodio veremos "el otro Singapur".

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