Como itinerario decidí visitar el Museo Islámico de Qatar y después darme una vuelta por el paseo de Corniche, que recorre la bahía principal de la ciudad y termina en Diplomatic Area, que es un sitio repleto de edificios altísimos. Aquí el deporte nacional, aparte del fútbol, es construir edificios. Parece que echan una semilla y sale uno, como se prodigan.
La verdad es que el mejor medio de transporte aquí es tener tu propio coche, con lo barata que está la gasolina, cualquiera dice que no. Pero si no tienes coche, el mejor medio de transporte en Doha es el taxi, que son bastante baratos (me costaba unos 40 riyales, menos de 10 €, ir al centro, que estaba bien lejos, más de media hora en coche). Eso sí, hay que ir con cuidado, porque hay gente que te ofrece taxi pero no lo son. Lo mejor es coger los de la empresa Karwa, que llevan taxímetro y así no hay dudas (son de color azul celeste). Y si llamas para que te recojan mejor hacerlo el día anterior o por la mañana para la tarde porque suelen estar muy liados. Me acuerdo que yo pedí uno para las 11 de la mañana y me dijeron "pues mire, tengo uno a las 19:00" (cágate, lorito). Los "otros" taxis suelen ser más caros y no llevan taxímetro, así que si lo coges (a veces no te queda otro remedio) pregunta lo que te va a costar antes de entrar, no sea que te metas en un lío.
Bueno, el Museo Islámico de Qatar fue el primero de su estilo que se hizo en el Golfo Pérsico (se me hace raro decir que estoy aquí con la de pipotes que se montan siempre) y tiene colecciones de España, Egipto, Irán, Irak, Turquía, India y Asia Central. El museo tiene tres ventajas: es bonito (la propia arquitectura del edificio ya es digna de ver), es gratis (ole, ole) y se está muuuy fresquito dentro, así que vamos allá. La segunda planta se basa en "el lenguaje" del arte islámico (caligrafía, figuras en el arte islámico, patrones, ciencia...) y la tercera en "el viaje" del arte islámico (con piezas de muchos países que tienen o tuvieron influencia islámica). Los martes está cerrado.
La entrada del Museo Islámico, me recuerda a una mujer islámica con el velo y todo, probablemente era la idea del arquitecto.
El Museo Islámico está rodeado de jardines abundantemente regados. Yo no sé de dónde sacan el agua estos tíos, lo que hace la pasta.
Al fondo, Diplomatic Area. A la izquierda del museo hay un embarcadero desde donde los "ricos", incluido el Emir, entran a la exposición desde sus yates. Están podridos de dinero, los jodíos.
La entrada al museo, muy árabe, con agua y canales.
La arquitectura interior es impresionante, se lo han currado.
Más ajedreces humanos.
Contrasta el hecho de que la gente viste muy tradicional pero luego tienen lo último en tecnología: móviles, cámaras de fotos...
Algunas de las obras expuestas. De arriba a abajo y de izquierda a derecha: un astrolabio, un casco labrado, un collar, un corán, una armadura completa, los picaportes de una puerta inmensa, cerámica de España y un halcón de piedras preciosas.
El zoco. ¿A que parece sacado de una peli de Indiana Jones?
Muy bonito pero ni un alma. Esto cambia radicalmente por la noche.
Las cachimbas (que aquí llaman "shishas" o algo así) están en todos los restaurantes y siempre puedes pedir una.
Al fondo, un par de mujeres tapadas hasta arriba. Dicen que no les gusta mucho que les hagas fotos así que hay que ir con cuidado.
"¡Indyyyyyyyyyyyyyy!".
Hasta los cajeros automáticos son de lujo.
Y en mitad del paseo por el zoco empiezo a oir un tipo pegando alaridos por un altavoz. Era la llamada a la oración, que todo musulmán debe realizar 5 veces al día de forma obligatoria. Se tarda unos cinco minutos en hacerla, así que al final del día te tiras casi media hora rezando. Según el Corán, si estás rezando no estás haciendo maldades. Un poco de razón tiene. Dale al vídeo y verás. Se parece un poco al "quejío" flamenco.
¿Los horarios del cine? ¡No! ¡De los rezos! Los horarios del rezo se reparten a lo largo del día, empiezan justo antes del amanecer y terminan al caer el sol.
La última parte del recorrido discurre por el bonito paseo marítimo del Corniche, que tiene unas vistas estupendas del museo, la ciudad en general y la zona de edificios altos de Diplomatic Area. En la bahía se aprecian curiosos contrastes, como los edificios modernos al fondo y las barcas antiguas en el mar. Es interesante ver la gente que pasea por aquí: puedes encontrar a mujeres tapadas hasta arriba hablando por el móvil o chicas con ropa deportiva (y ligerita) haciendo footing.
Los edificios y las barcas, contraste de culturas.
Toda esta zona se conoce como "La Perla", que era la principal fuente de ingresos en la zona hasta que se descubrió gas y petróleo.
¿Pican? ¿Pican?
Esta mujer iba exactamente a la misma velocidad que el tipo que va delante, así que quizá se trate de su marido. No sé si es que las mujeres deben ir detrás del marido, en plan perrillo, pero si lo es ya les vale.
Los edificios acercándose (bueno, más bien me acercaba yo, los edificios estaban quietos).
Pedazo de bólido aparcado en el paseo. Igual si me animo, me compro uno. ¡Qué digo uno! Póngame un par oiga.
Esta es la mansión del Emir, a todo lujo, con cascada y todo.
El paseo lo hice andando en un par de horas. Cuando se lo dije a mi primo me dijo "estás loco". No es para tanto, pero eso sí, llevad botellica de agua y boina.
Una vista de Miami, digooo, Doha.
Los edificios tienen cada uno un diseño diferente, todos espectaculares.
Este edificio se llamaba "Tornado Tower" o algo así, la torre tornado.
Y este parece un supositorio gigante. Si te acercas, todo el edificio estaba rodeado de celosías blancas, en plan árabe.
Otro de los edificios curiosos.
Me hacen mucha gracia estas señales adaptadas a la vestimenta árabe. Pincha la foto para ampliar.
Y eso es todo, por ahora. La siguente aventura será en la Villa Cultural de Doha, llamada Katara, y la zona de más de lujo de la zona: The Pearl. No se vayan todavía, que aún hay más.