miércoles, 8 de septiembre de 2010

28/08/2010: Escocia (I) - Glasgow

Comenzamos hoy un apasionante viaje por el país con más faldas per capita. Efectivamente, hablamos de Escocia. Con los pocos días que tenía de vacaciones he podido organizar una semana de viajes por el país del lago Ness y la verdad es que la experiencia ha sido maravillosa. De todos modos, una semana da para bien poco, yo creo que más o menos he recorrido una cuarta parte del territorio, así que al menos hace falta un mes para conocerla en condiciones. Sin embargo, lo que he podido ver durante el viaje ha merecido la pena totalmente. Y para colmo me ha hecho un tiempo fabuloso, yo que iba preparado con abrigo, bufanda, guantes, trineo y un par de perros (véase mi introducción a Canadá), he tenido que dejarlo todo metido en la maleta (los perros también, no veas como olía eso al abrirla).



Regiones visitadas durante el viaje

Decidí tomar como bases a Edinburgh y Glasgow y desde ahí hacer excursiones en autobús que, la verdad, para conocer el país por primera vez, creo que son la mejor opción ya que te llevan a los mejores sitios y te cuentan historias de Escocia y cosas así. Para una siguiente visita quizá sí cogería coche para ir a sitios menos turísticos.

Pues nada, vuelo con Easyjet de Bristol a Edinburgh, un poco caro, pero la verdad es que lo cogí con poco tiempo. La cosa es que el autobús se tiraba entre 6 y 10 horas por poco menos, así que ni hablar del peluquín. Nada más llegar a Edinburgh (que tiene una pinta alucinante pero lo reservo para luego) tomé un autobús y me planté en una hora y cuarto en Glasgow, mi primera base. El autobús era baratillo (unas 10 libras ida y vuelta con City Link). Y de ahí al hostal, que en el mapa parecía que estaba cerca pero vaya paseíto que me pegué (bueno, no estaba tan lejos). No en vano, Glasgow es la ciudad más grande de Escocia, más que Edinburgh, que es la capital.

Glasgow es totalmente distinta a Edinburgh. Mientras que Edinburgh es muy señorial, con unas casas de piedra impresionantes, aunque un poco repetitivas, Glasgow tiene una arquitectura mucho más variada y vanguardista. Mientras que en Edinburgh lo que mola es ver las calles, en Glasgow lo interesante son los museos. Dicen que Glasgow es muy tosca como ciudad aunque yo no noté ninguna diferencia con otras grandes ciudades. Bueno, comenzamos la ruta.

El hostal estaba muy cerca de la Universidad de Glasgow, que tiene el estilo que yo denomino "Harry Potter" (o en español, "Jarri Poter") y que me encantan. Para llegar a la Universidad se puede atravesar el Kelvingrove Park, que es un parque enorme y muy bonito.



Vista de la Universidad, a lo lejos, desde el Kelvingrove Park.



El parque es muy bonito y, como todo en Escocia, lleno de agua, qué envidia.



Esto que parece un museo o un templo griego, no lo era, en realidad es una iglesia. Luego vi iglesias que habían transformado en bares así que tampoco me extraña demasiado.



La entrada a la Universidad, impresionante edificio.



Los edificios internos, estudiar aquí debe ser una gozada. Hasta que te catean, claro.



Acercándome al centro de conferencias, donde, ¡oh, sorpresa!...



... ¡había una boda! En las bodas escocesas los dos llevan falda... o falda y vestido.



La salida de la Universidad.

Cerca de la Universidad, como no, más parques y ríos. En esta zona hay muchos museos y zonas donde la gente pasa el rato paseando al perro, al niño, al marido, al abuelo... todo lo paseable, vamos. A destacar la Galería de Arte y el museo de Mackintosh (no confundir con el de los ordenadores). Éste era arquitecto e hizo un montón de edificios y monumentos por toda la ciudad. El propio museo es un edificio superchulo.



Galería de Arte de Glasgow.



¡Tírame la pelota! ¡tírame la pelota! ¡tírame la pelota!



Una curiosidad: las libras escocesas (abajo) son diferentes a las inglesas (arriba). Al volver a Bristol venía con mosqueo no sea que no valiesen aquí, como les tienen tanta tirria a los ingleses...



Otro de los museos interesantes es el Museo de Arte Moderno, la verdad es que la entrada es original, atención al sombrero del caballero.

Otra de las cosas interesantes a hacer en Glasgow, sobretodo si hace buen tiempo, es simplemente pasear por las calles de la ciudad, que están bastante animadas, llenas de tiendecitas y bares. Por las noches hay muchos locales para salir a beber (sobre todo), bailar con las suecas o lo que te apetezca. De paso puedes visitar The Lighthouse, un edificio muy alto al que se puede subir y ver toda la ciudad (Glasgowtontero) o el Tolbooth Steeple, una torre con reloj muy alta, que le gustaría a mi padre.



Sauchiehall St., una de las arterias de la ciudad. A mitad de camino se convierte en peatonal. Las tiendas abundan por doquier.



Este es el paraíso de las chicas, la zona de las Galerías Buchanan, muy cerca de la estación de autobuses y repleeeeta de tiendecitas.



Las suecas de detrás se iban dando codazos y diciendo por lo bajo que a ver si se les levanta la falda a los de delante. Que sí, que las estaba oyendo yo.



Tolbooth Steeple, y son las diez y diez. O sea, veinte.

Si sigues caminando por Sauchiehall St. hacia el este y continúas por Cathedral St. te encuentras con la Catedral de Glasgow, también conocida como la Catedral de Mungo. Y no, no se trata de Mungo-Bungo, el famoso artista africano, sino de San Mungo, el patrón de la ciudad. Es una catedral de estilo gótico y empezó a construirse por el siglo XII. Curiosamente es una de las pocas en sobrevivir a la reforma. Me refiero al cambio al protestantismo. Se ve que los protestantes, en vez de hacer como su nombre indica: salir a la calle y protestar, pues lo que hacían era destrozar todo lo que recordaba a la religión católica, como las catedrales. Ésta es una de las pocas que se salvaron. A lo largo de Escocia, sólo puedes encontrar ruinas o iglesias posteriores a la reforma.



La Catedral de Mungo.



En el interior, por una vez en la vida no me cobraron al entrar.



Las vidrieras son bastante chulas.



Cerca de la Catedral está la Necrópolis, bastante tranquila, por cierto (vale, es un chiste malo). Desde aquí hay vistas bonitas de la ciudad y la Catedral. Eso sí, como la de Milán no he visto yo cosa parecida.

Volviendo de nuevo hacia el oeste, merece la pena comprarse un Fish&Chips y hacer una paradita en George Square, una plaza enfrente del Ayuntamiento, muy animada y llena de gente sentada en los bancos, dándole de comer a las palomas, o haciendo reivindicaciones de lo que sea. De esta plaza salen muchas excursiones en autobús a varios sitios de Escocia.



El Ayuntamiento, en George Square.



Mira, guapa, que te voy a leer un poema tan rómantico que te vas a caer de culo.



Glasgow, fin de la excursión.

Y eso es Glasgow, visto de forma rápida. Siguiente parada: excursión a los Lochs de los Highlands, Glens, el Monumento de Wallace y Whiskyyyyy.



2 comentarios:

  1. Estan estupendos me servira de guia para cuando vaya con el INSERSO...
    Tu tía Ana

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  2. Pues como decía el Superratón... no se vayan todavía que aún hay más.

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