martes, 16 de marzo de 2010

11/03/2010: London Eye, Tower Bridge, Camden Market y Covent Garden

Amanece nublado en London City. El tiempo pronostica lluvia así que me armo de mi capucha impermeable antes de que caiga una buena. Al final el día ha aguantado bien, con muchas nubes y chispeando pero lo suficientemente bien para recorrer el resto de sitios chulos que, a priori, tiene Londres y que seguro tendrá muchos más.

Me dirijo al London Eye, un pedazo de noria que ríete de la de las ferias. Sigo pensando que estas culturas que siempre construyen cosas enormes, ocultan en realidad algún complejo. De camino hacia el London Eye, que está al ladito del Big Ben, pasé por el barrio chino.



El barrio chino, con casi tantos chinos como el barrio de mi casa en Valencia.

La entrada al London Eye cuesta entre 16 y 17 libras e incluye una presentación "en 4D", según anuncia la publicidad. La cuarta dimensión debe ser el tiempo, así que yo me he pasado la vida viendo pelis normales en el cine y resulta que son 3D (horizontal, vertical y el tiempo), vaya morro. Pero la presentación es chula. Después te llevan al London Eye propiamente, que tarda en dar una vuelta completa en media hora y no se detiene para cargar o descargar gente, así que hay que subir sin prisa pero sin pausa. Las cabinas son como esferas de cristal y dejan ver "Londontontero". Eso sí, no hay que ser demasiado claustrofóbico porque una vez entras no sales hasta que das la vuelta entera. No vale decir "yo me bajo en la siguiente".



El London Eye visto desde la base.



Las cápsulas del tiempo del London Eye.



Se ve Londontontero de maravilla.



Ahí estoy yo en el London Eye.



Llegada a la cima... qué miedooo.

Después del London Eye, volví a coger el metro (por cierto, algunas estaciones son bastante antiguas pero tienen un encanto curioso) para dirigirme a Tower Bridge, o el puente de la torre (de nuevo, aquí la gente no se come la cabeza con los nombres), otro de los sitios más famosos de la ciudad, con un ingenioso sistema de apertura para los barcos. Antes de llegar está la Torre de Londres, donde ajusticiaban a los malechores del imperio. Obviamente por todas estas cosas te cobran una pasta gansa, así que como no tenía mucho tiempo, lo vi por fuera, que es bien bonito. A unas pocas paradas de metro está la catedral de St. Paul, que tiene forma de basílica. Entré un poquito, vi que había que pagar y que desde allí no parecía demasiado espectacular y me fui.



London underground (el metro).



La Torre de Londres, con su oscura y siniestra historia pasada.



El Tower Bridge, impresionante.



Otra vista del puente. Por aquí cerca se rodó "Match Point", de Woody Allen.



La Catedral de St. Paul. Creo que ya dije en otra ocasión que aquí St. Paul es el santo más popular, todo el mundo tiene iglesias suyas.



El reloj de la catedral y la entrada... de pago.

Siguiente parada: Camden Market (el mercado de Camden), un mercado al estilo de Portobello Road pero más orientado a ropa y cosas curiosas. Hay muchísimo ambiente, la gente vende y compra de todo y a veces puedes encontrar una buena ganga. Los escaparates de algunas tiendas son espectaculares y las pintas de la gente... curiosa, curiosa, por no decir rara, rara.



El mercado de Camden, como su propio nombre indica. A vendeeer.



Algunas tiendas se curran mucho los escaparates o las fachadas.



Colores, dragones, escorpiones... una jungla en la ciudad.



Este sitio le encantaría a mi hermano, las sillas para sentarse son culos de Vespa.

Y para terminar, por la noche iba a salir con gente del hostal, que hay una ruta de pubs, pero al final no me apeteció y acabé paseando por la zona de Covent Garden, un sitio donde hay restaurantes, salas de arte, exposiciones... Y por la noche, música en directo de artistas desconocidos. Esa noche tuve una de esas sensaciones de "qué bello es vivir": una noche no muy fresca, luces de farola, el suelo mojado de una lluvia reciente, el sonido de una guitarra y alguien cantando canciones de amor... increíble. En el medio de Covent Garden estaba Dave Mwaniki, un cantante de voz suave y cálida, cantando canciones de siempre superbonitas. La gente se sentaba alrededor, escuchaba y le echaba unas moneditas. Fue una sensación maravillosa. Si queréis oir algunas de sus canciones podéis hacerlo en:

http://www.youtube.com/user/CoventGardenSinger



Canciones de amor en Covent Garden.



Y para terminar, una cervecica, ole, ole (casi 4 libras que me soplaron los desgraciados).

Mañana, un recorrido por las gentes estupendas que me encontré en Inglaterra.

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