Así que el día lo he empezado cansadito. Eso sí, ya he pedido cambio de habitación si no quieren tener que ocuparse de un fiambre. Así que antes de desanimarme, decidí levantarme no muy tarde para tratar de llegar a Bath, donde había una excursión muy interesante a Stonehenge, un sitio al que siempre había querido ir. De camino a la estación de Bristol Temple Meads hice unas fotillos de la ciudad.
La estación de tren de Bristol, superchula.
Bath está muy cerquita de Bristol, en 8 minutos en tren llegué. Por cierto, los trenes de Inglaterra son bastante buenos, cómodos y puntuales. No como el autobús que me llevó del aeropuerto a Bristol, que llegó más tarde que el demonio, y con un frío que pelabaaa. Llegué a Bath con dos horas de adelanto con respecto a la hora de salida de la excursión así que eché un garbeo por la ciudad.
Puente sobre el río Avon. Atención a las ventanas que hay encima del puente, en realidad son casas que han construido encima. Visto desde el lateral parece una calle cualquiera, pero no, es un puente. Por cierto, éste es el río Avon, que en céltico significa "río"... así que éste es el río "Río"... no se comieron mucho la cabeza los celtas estos, así se los ventilaron enseguida los romanos.
La Abadía de Bath. El suelo mojado es del chaparrón bestial que calló, menos mal que amainó.
Otra vista de la abadía, un poco más misteriosa.
Como aún me quedaba tiempo, visité los famosos baños romanos de Bath, otra de las cosas que tenía pendiente de visitar. La verdad es que son impresionante y te das cuenta de lo bien que se lo montaban los romanos, eso sí a base de esclavos, que a ver quién te crees que daba los masajitos. Los romanos tenían muy metido en la cabeza lo de la higiene y los baños. Tanto es así que, por lo visto, Julio César dijo una vez que vino a Bath algo así como "perdonad que me tome cada día un baño, es que estoy demasiado ocupado y no tengo tiempo de tomar dos".
La entrada a los baños es espectacular. Cuesta unas 11 libras.
Aparte de los baños, hay una exposición bastante grande sobre los restos arqueológicos de los baños, estilo de vida de los romanos... Por lo visto, las aguas termales seguían operativas.
El baño principal. Antiguamente estaba techado, pero se calló una vez y ya no lo reconstruyeron. Toqué el agua y estaba templadita, qué cosas.
Había romanos y todo, explicándote cosas de ellos. Esta mujer explicaba los maquillajes que utilizaba. Tenía mucho acento inglés, debía ser una romana de las provincias.
Otra vista preciosa de los baños con la abadía de Bath al fondo.
Al final de la visita nos dieron un vaso de agua de los baños, calentorra y con sabor metálico... o sea asquerosa, pero bueno, si la tomaban los romanos yo no voy a ser menos.
Y finalmente, llegué a Stonehenge. La verdad es que el sitio es espectacular, nada más pensar que estos pedruscos llevan ahí 5000 años (datan del 3000 antes de Cristo) da que pensar. Además, las piedras las trajeron de Gales, a más de 300 Km. Se cree que trajeron las piedras por mar, luego por río y al final... a manita. Hay algunas piedras que pesan más de 5 toneladas y todas están enterradas un tercio de lo que se ve dentro de la tierra. No se sabe su origen ni porqué se construyó el círculo pero se cree que es por temas astronómicos, señalando las estaciones y tal. También hay mucha mitología, como que fue construido por un gigante o que Merlín se lo trajo de Irlanda (sí, sí, Merlín, el mismo) o incluso que es cosa de extraterrestres. Nunca se sabrá, pero lo importante es que da respeto tanta historia aquí metida.
Desde este circulico de piedricas... 5000 añicos nos contemplan.
Una visita muy recomendable. Cuesta unas 22 libras, con autobús.
Y eso es todo. Mañana quizá vea un poco más de Bristol y luego a Newport, donde al día siguiente empiezo mi supercurso.