jueves, 29 de octubre de 2009

27/10/2009: Montreal (I)

¡Bienvenue au Montreal!

Pues sí, empiezo en francés porque parece que me he cambiado de país y haya aparecido por arte de magia en gabacholandia, quiero decir... Francia. Pero bueno, eso lo explico dentro de un rato. Lo primero que hice fue tomar el tren desde Toronto hacia Montreal, con salida a las 09.30 y llegada en 5 horas. Los trenes de Canadá son feos por fuera y no demasiado rápidos (comparados con un AVE, claro) ni ponen pelis. Pero son puntuales, cómodos y, sobre todo, tienen WIFI (al menos el de Montreal). La ruta se realiza bordeando el lago Ontario que más que un lago parece un mar, parecía que estaba en Valencia, qué de agua, si es que no se ve el otro lado.



El lago/mar Ontario desde el tren.

Al llegar a Montreal, lo primero que llama la atención es el idioma. Sabía que la parte este de Canadá era francófona, pero no tanto, leñe. Esperaba ver por la calle a gente hablando en francés e inglés (tipo Cataluña, vamos), pero no, todo era francés. Y parece ser que tuve suerte porque, dentro de lo que cabe, Montreal es bastante anglófona, es decir, si hablo en inglés todos me entienden. Pero hay otras partes de Quebec que tendrían dificultades en comunicarse conmigo, pardiez. En realidad los dos idiomas son oficiales y es obligatorio dominarlos si vas a trabajar en cosas públicas, pero si no... cada uno habla lo que quiere.



Aquí todo está en francés, así pude practicarlo un poco... ¡el idioma!

Una de las características de Montreal, y del resto de Canadá, la verdad, es la mezcla de edificios muy modernos con edificios antiguos. Y con "antiguo" me refiero a máximo 200 años. De hecho la provincia de Quebec es de las más antiguas de Canadá y algo se nota en el tipo de construcciones. A medida que me adentre al oeste, cada vez será todo más nuevo.



La Iglesia-Catedral de Cristo, ni más ni menos. Los tejados eran verdes, curioso.

Por la mañana me hice a una excursión a patita al parque Mont-Royal, un sitio muy bonito que está en un monté en la parte norte de la ciudad. Al llegar allí es como si la ciudad no existiera, la verdad es que es muy relajante. Después de subir por unas escaleras infernales, frecuentadas por muchos deportistas (están locos), se llega a un mirador desde el que se ve toda la ciudad.



Al llegar a Parc Mont-Royal la ciudad desaparece, es muy relajante.



Cuando subí todos los escalones levanté los brazos en pose de victoria y exclame aquello que decía "Rocky": "¡no siento las piernas!"... ¿o eso era Rambo?



Desde el mirador se ve Montreal-tontero.



Para que no digáis que las fotos me las bajo de internet, jeje.

Al caer la noche me acerqué al estadio olímpico donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 1976 (¡cuando nació mi hermano, ¡ole Gitto!). La verdad es que da un poco de acojone porque el metro te deja en una zona oscura en la que hay una o ninguna persona alrededor. Luego me he dado cuenta de que todo es un poco de psicosis española de que te van a hacer algo (aunque pensándolo bien, a mí en Madrid, por ejemplo, no me han atracado nunca... hay que meditar sobre eso). Las instalaciones son muy modernas y la piscina estaba abierta, daban ganas de pegarse un chapuzón.



La entrada al recinto olímpico. La torre esa alta se ha convertido en un símbolo de la ciudad.



La piscina es muy chula y olía a cloro, me recordaba cuando iba a las clases de natación de pequeño.

En general, Montreal se parece bastante a Toronto, aunque quizá la principal diferencia sea que la gente está más por la calle. En Toronto, a partir de cierta hora, todo el mundo se va a su casa. En Montreal, la gente sale por la noche como en España, es mucho más social. Otra de las cosas que diferencia a Montreal de Toronto (y me da a mí que de todo el oeste de Canadá) es la cantidad de locales de striptease y parecido que hay, y la forma en que lo anuncian, a todo color en las calles más centricas. En Toronto, desde luego, son mucho más discretos, seguro que hay pero no se ve a simple vista. Eso sí, las entradas a los locales son un poco siniestras, dan yuyu. Me asomé a uno y dije "uy, esto no sé yo lo que es, vamonoooos".



¡Strip-teases a go-go!

Y eso es todo por hoy, mañana seguimos con Montreal y algunas curiosidades culinarias.

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