Nuestra ruta de hoy, pasando por Glasgow (ese viejo conocido), Oban, el Loch Lomond y los castillos de Inveraray, Doune y Kilchurn.
Nuestra primera parada es el impresionante Castillo de Doune, que se conserva muy bien, a pesar de los años (parece que estoy hablando de mi abuela). Es del siglo XIV y tiene dos peculiaridades: la primera es que es de los pocos castillos que se construyeron a lo largo de un solo periodo arquitectónico, así que podría decirse que tiene un estilo "puro", sin mezclas de varias tendencias. La otra cosa curiosa es que aquí se rodaron algunas escenas de la película de los Monthy Python "Los caballeros de la mesa cuadrada". La verdad es que este mérito se queda un poco pequeño si lo comparamos con la historia de otros castillos como el de Stirling, pero qué le vamos a hacer a unos les toca la gloria y a otros... los Monthy Python.
El colosal castillo de Doune.
El Castillo de Doune también sirvió de prisión.
La entrada del castillo. Intenté entrar para hacer unas fotillos, pero me dijeron "oiga, que hay que pagar", así que eché la foto corriendo y salí... pero claro, con las prisas, la foto quedó movida.
Siguiendo el camino hacia Oban pasamos por un par de sitios curiosos y visitamos a personajes interesantes. Por ejemplo, Hamish, una seductora pelirroja de larga melena y un flequillo que le cubría los ojos de forma pícara y que nos cautivó a todos. También vimos el famoso puente en el que se rodaron algunas escenas de "Harry Potter", concretamente las del tren recorriendo el camino hacia el colegio de Howrats.
Os presento a Hamish, la pelirroja peligrosa, es de raza Highlander, según dicen por aquí y por esta zona es una especie de celebridad.
Los paisajes por esta región son de película.
El puente de Harry Potter. Como el niño siga creciendo dentro de poco va a tener que interpretar a "el padre de Harry Potter"... ah, no que se lo habían cargado ya. Pues el tío.
Y, por fin, llegamos a Oban, en la costa occidental de Escocia. Oban es un pueblecito de pescadores, muy turístico y pintoresco y lleno de actividades. Ese día había competición de kayaks por el mar, lo que tiene mérito porque si te caes al agua, te podías quedar automáticamente congelado. Desde Oban salen cruceros y barcos desde los que se pueden visitar las preciosas islas de esta zona.
No es que el barco esté inclinado, es el suelo y el mar los que lo están.
El pintoresco "Columbia Hotel", al lado del mar.
Como todos los pueblos pequeños de Escocia, el sentimiento principal que se respira es "tranquilidad".
Una vista del pueblo desde el puerto.
El paisaje es muy bonito, sobre todo en días de buen clima.
Grupo de chavales soplando la gaita. Luego cogen vicio y se inician en el tabaco, pobres.
Preparándose para la regata. Arriba a la izquierda hay una especie de coliseo que se construyó el ricachón del pueblo para presumir y todo eso.
Todo el mundo en Oban disfruta dando paseos por el paseo marítimo o por la playa.
"Los pájaros", de Hitchcock. Éste casi me arranca la cabeza, el muy bestia.
Algunos de los cruceros que salen hacia las islas del oeste y el norte (lo que se conoce como "el noroeste").
El paseo marítimo de Oban, centro neurálgico de la ciudad.
"A ver qué falda me compro hoy... ¿con lunares? ¿de tubo? ¿mini?"
El centro de Oban, con ayuntamientos y edificios importantes.
¡Una boda escocesa! Como todas las bodas escocesas tanto él como ella llevan falda.
Este niño estaba jugando a "mira, ahora no estoy... ahora sí estoy". Los amigos ya pasaban de él de puro aburrimiento, atención a lo cabizbajos y hartos que están. Creo que cuando me marché le pegaron una paliza.
"Amo, como me vuelvas a tirar el palito al agua, lo va a recoger tu padre, ¡que está helada!"
Bueno, os contaré alguna cosa de Rebecca, ahora que no me oye. Rebecca es una chica mexicana muy simpática y agradable que conocí durante el viaje y que me cayó fenomenal. Lo curioso es que al principio la conductora del tour preguntó de dónde éramos cada uno, yo dije que de España y cuando le tocó a ella no contestó, estaba ocupada escribiendo o consultando el móvil. Pero en la parada de Oban, la conductora le preguntó a traición y ella dijo "México". Claro, yo al saber que era méxicana enseguida me puse a hablar con ella (por eso de que compartimos idioma)... que es justo lo que ella no quería, porque resulta que a Rebecca... no le gustan los españoles. Y os preguntaréis lo mismo que yo me pregunté "¿cómo es posible con lo majos que somos?". Pues por lo visto, todos los amigos de Rebecca que han pasado por España han vuelto con lo peor de nuestra idiosincrasia en cuanto a vocabulario y modales, que si malas palabras, tacos (no los mexicanos, me refiero a insultos). Yo insistía en que la culpa también es de sus amigos por quedarse sólo con esas cosas. En fin, creo que después de conocerme, la idea de que los españoles somos unos brutos se redujo un poco, o al menos eso espero. Que brutos hay, claro, pero también gente educada y de bien.
Y llegamos a la zona de los castillos, ya de vuelta de Oban. En primero de ellos es el Castillo de Kilchurn, uno de los más famosos de Escocia. Yo me imagino que el impresionante Castillo de Elian Donan, que vimos el otro día, debería haber sido parecido a éste, si no se hubiera restaurado, porque éste, siendo tan bonito como el otro, está abandonado y, claro, no es lo mismo. Sin embargo el aspecto de decaimiento, junto al lago y entre las montañas le da un aire muy romántico, siendo uno de los castillos más fotografiados de Escocia. El Castillo de Kilchurn está en una pequeña isla dentro del Loch Awe y data del siglo XV. En su día perteneció al clan de los Campbell. El otro castillo es el de Inveraray (que como lo dicen los escoceses es casi impronunciable, así que no lo voy a intentar aquí). Este castillo se conserva mucho mejor que el de Kilchurn y es totalmente visitable, aunque el aspecto es más de palacio o casa enorme acastillada, no realmente un castillo. También perteneció a los Campbell (estos Campbell estaban forrados de dinero).
El Castillo de Kilchurn, en medio del lago y rodeado de montañas.
En realidad no se podía llegar hasta tan cerca, pero Rebecca y yo saltamos una valla y... ¡a hacer fotos! Fuimos los únicos que lo hicieron, jeje.
El castillo de Inveraray, con sus jardines.
El castillo es impresionante, aunque parece más una casa-palacio. Me recuerda a las construcciones de castillos que tenía de pequeño.
Cerca del Castillo de Inveraray hay unos bosques misteriosos, perfectos para rodar pelis de miedo.
De vuelta hacia Stirling y Edinburgh, hicimos parada en un valle que se llama Glen Croe (ya sabemos "Glen" es valle en escocés) pero que popularmente se conoce de siempre por "Rest & be thankful" (descansa y agradece). Según parece, este sitio se llamaba así porque la subida al valle era bastante complicada (eso antes, con los caballos, ahora con los coches, ya no tanto) y aquí era el único lugar donde se podía parar tranquilamente a descansar, de ahí el nombre.
"Rest & be thankful", descansa y agradece. Pues eso haré, descansaré y agradeceré que es de bien nacido el ser agradecido.
Rebecca (por fin), mi amiga mexicana, en el "Rest & be thankful". Rebecca es diseñadora gráfica, fotógrafa, escritora... toda una artista (http://iankshots.tumblr.com). Espero que no se enfade conmigo por haberla mencionado en el blog.
Y antes de despedirme quiero mostrar esta foto, tomada en el Loch Lomond, que demuestra que los escoceses están hechos de otro material. Con el frío que hace, el agua helada, y estos niños aquí bañándose como si estuvieran en Mallorca. Porque los escoceses tienen tendencia a pelearse con todo el mundo o entre ellos, que si no conquistarían el mundo.
Y eso es todo por hoy, mañana llegamos a la última etapa del viaje, un recorrido por la maravillosa e histórica ciudad de Edinburgh, donde pasear por sus calles es como hacerlo por un cuento de hadas.